martes, 24 de octubre de 2017

Abejas... ¡nuestro bien más preciado!



 ¡Queridos lectores! No nos olvidamos de vosotros... así que poneros las gafas, acercaros a la pantalla y, espero que os guste la siguiente lectura!!

La polinización es vital para que las plantas con flor produzcan semillas y frutos. Las abejas son las polinizadoras por excelencia, son las responsables de hasta aproximadamente el 90%. Y ya lo decía Albert Einstein: "Sin abejas no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres..."

Las abejas melíferas pueden padecer varias enfermedades debido a la acción de diferentes organismos patógenos como son los ácaros, hongos, protozoos y artrópodos entre otros. En este monográfico vamos a profundizar en los virus como parásitos intracelulares obligados precursores de una de las mayores causas de mortandad de las abejas (Bromenshenk et al., 2010).

   Las colmenas han proporcionado a los hombres miel, cera, polen, propóleo y jalea real desde hace mucho tiempo. Este uso comercial ha desarrollado la industria de la apicultura. Además un beneficio de la actividad de pecoreo es la polinización. Las abejas son los polinizadores más importantes de las magnoliófitas (Cavigli et al., 2016).

   Menos conocido es el hecho de que las abejas secretan un veneno, la apitoxina, que se emplea en medicina como apiterapia, ya que tiene propiedades antiinflamatorias, suprime el dolor y corrige los ataques de anticuerpos hacia las articulaciones (Carrillo-Tripp et al., 2016). Se utiliza como tratamiento complementario o alternativo para el alivio sintomático el reumatismo y la esclerosis múltiple. Además la melitina puede destruir el virus del VIH mediante unos agujeros en la envoltura (Kouros, 2013).

   En el año 1933 se citó por primera vez en la Isla de Wight (sur de Inglaterra), una enfermedad que producía gran mortandad en abejas. Tras numerosas investigaciones se observó que el causante era el virus de la parálisis crónica (VPC) (Carrillo-Tripp et al., 2016).

   En la Tabla 1 se puede observar la gran diversidad de familias víricas especializadas en parasitar todo tipo de insectos (himenópteros, coleópteros y dípteros).

 Tabla 1: Clasificación de los principales virus que infectan a insectos. Adaptado Caballero et al., Phytoma. (2008).

   Los virus que pueden infectar a las abejas, así como la familia a la que pertenecen, la simetría de su cápside y el tipo de material genómico que porta se muestran en la Tabla 2

Tabla 2: Clasificación de los virus de abejas.  Adaptado Genersch et al., 2010.

   No existen drogas antivirales específicas ni vacunas, pero trabajos experimentales han demostrado que tanto la oxitetracilina como el azúcar común (sacarosa) inhiben el desarrollo del virus. Una opción sería dar alimentación artificial mediante un jarabe que contenga 300 mg de sal pura de oxitetraciclina. También se pueden usar pesticidas y fungicidas que maten a ácaros (Varroa), hongos, etc., que actúan como vectores (Carrillo-Tripp et al., 2016).

   Algunas medidas preventivas incluyen el manejo correctivo, recambio de reinas ya que después de los dos años de vida disminuye su capacidad para poner huevos, además reacciona tarde a la llegada de la primavera con respecto el resto de colmenas siendo esta menos prolífica. Otras medidas son, un mayor espacio para que la reina pueda aovar con lo que se contribuye con un rápido crecimiento de la colmena, reemplazo de cuadros ya que muchas veces pueden quedar saturados por el polen, y por último, el control de otras enfermedades (amebiasis, nosemosis, loque).

   Es importante saber que Varroa destructor actúa en muchos casos como un vector transmisor, o activador de estos agentes virales, por ejemplo, si Varroa realiza una punción a una abeja sana, producirá como lesión un orificio a través del cual pueden penetrar virus. Otra singularidad importante a destacar es la ausencia de tratamientos efectivos, aunque las abejas tienen un sistema inmune que las protege y defiende. Finalmente resaltar dos aspectos importantes de las virosis: (1) las poblaciones de virus en las colonias varían a lo largo del año y (2) algunas enfermedades víricas se manifiestan solamente cuando otro agente patógeno desencadena su acción.

   Actualmente se sabe que en muchos casos las abejas de las colonias pueden estar infectadas por más de un virus. No hay mucha información sobre estas coinfecciones múltiples y hay muchas preguntas que esperan de una contestación adecuada, por ejemplo, ¿qué virus están presentes de forma latente o inaparente?, ¿compiten de alguna forma entre ellos?, ¿potencian unos la acción de otros?, ¿cómo interaccionan?...Todas estas preguntas necesitan respuestas urgentes para garantizar que las poblaciones de abejas no sufren disminución. ¡Ellas son clave para el futuro!

Lecturas relaccionadas:
  • Bromenshenk JJ, Henderson CB, Wick CH, Stanford MF, Zulich AW, Jabbour RE, Deshpande SV, McCubbin PE, Seccomb RA, Welch PM, Williams T, Firth DR, Skowronski E, Lehmann MM, Bilimoria SL, Gress J, Wanner KW, Cramer RA J. 2010. Iridovirus and microsporidian linked to honey bee colony decline. PLos One. 5(10):e13181.
  • Carrillo-Tripp J, Dolezal AG, Goblirsch MJ, Miller WA, Toth AL, Bonning BC.2016. In vivo and in vitro infection dynamics of honey bee viruses. Sci Rep. 6:22265.
  • Cavigli I, Daughenbaugh KF, Martin M, Lerch M, Banner K, Garcia E, Brutscher LM, Flenniken ML. 2016. Pathogen prevalence and abundance in honey bee colonies involved in almond pollination. Apidologie. 47:251-266.
  • Genersch E. Aubert M. 2010. Emerging and re-emerging viruses of the honey bee (Apis mellifera L.) Vet. Res. 41:54
  • Kouros N. 2013. New research finds HIV can be killed with bee venom. Monash Bioeth Rev.31(2):4

Por: Ismael Román Moreno, Máster en Virología - Universidad Complutense de Madrid